El viaje inicial de Echoes of Ecologies fue un itinerario a través Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia, para conocer historias y prácticas de sustentabilidad ecológica y social. Para que se difundan en gran medida y uniformemente, creemos profundamente en la necesidad de una revolución dulce que traiga un cambio de paradigma, substituyendo la creatividad a la competitividad y la cooperación al individualismo. Pero para que dejemos de concebir el mundo como un espacio para explotar y empezamos a sentirlo de nuevo como el lugar para vivir, debemos todo/as ponernos como protagonistas de este cambio – desde nuestra casa hasta las grandes lejanas cuestiones globales. Por eso decidimos poner manos a la obra para narrar quien está ya contribuyendo a esta subversión. A quien se preguntó “¿porqué el Sur América?”, contestamos que queremos ver el mundo desde cuantas más perspectivas posibles. Alejarse de nuestro contexto habitual nos permite aclarar temas socio-ecológicos actuales – temas que nos afectan globalmente, pero están definidos localmente.
Durante cuatro meses, con troca de trabajo-hospitalidad, compartimos la experiencia de quien se ocupa de: agricultura sustentable y el delicado tema de los transgénicos, permacultura y agroecología, soberanía alimentaria y protección de semillas criollas, derecho a la tierra y agua, reciclaje y reapropiación de espacios urbanos abandonados. También de quien ayuda a sensibilizar con los medios, la escritura y varias formas artísticas. Asociaciones, escuelas populares, colectivos o personas empeñadas diariamente para una vida más sustentable.
Como podíamos imaginar, el trayecto en Sur América no siguió exactamente el mapa trazado antes de partir… ahora podemos decir que la mitad de los lugares visitados ya los habíamos contactados desde Italia y la otra mitad llegaron como sorprendentes cambios de programa…
de verdad el viaje empezó en São Paulo do Brasil con los amigos de Horta CCSP, pero antes de ese día de presentación oficial ya estuvimos – aún adormecidos por el avión – en el Instituto Chão y mutirão de Praça da Nacente. La energía de las personas conocidas al principio nos llevó hasta Horta das Corujas, Horta da Saude, Casa Rodante, Morada da Floresta y Cidades Sem Fome. Muy bien como inicio! Una plena imersión en la agroecología urbana paulista.
De allí, un excepcional cambio de paisaje nos lleva a norte hacia los valles verdes de Visconde de Mauá donde visitamos alecologista Joaquim Moura, que entre una palabra y otra nos puso en contacto con el agrónomo Marquito. Viajamos hacia el sur: en Florianopolis estuvimos con su familia. El contexto florianense ofrecía mucho, nosotros elegimos Revolucão dos Baldinhos, Morro da Mariquinha y Rio Vermelho.
Mientras tanto nos contesta Viviane, una doctoranda que entre muchas cosas se ocupa de semillas. Nos esperaba en Porto Alegre, de donde partimos juntos hacia el centro de Rio Grande do Sul, Ibarama. Allí, como una familia, nos acogieron losagricultores guardianes de semillas.
Cruzamos la frontera brasileña-argentina sobre una balsa, para llegar a Misiones, donde una carretera de tierra roja nos lleva a la escuela de la Colonia Primavera. Tras nuestra estadía con Martin y Alejandra nos dirigimos de nuevo hacia la frontera. Dos días en Iguazú y con un autobus entramos en Paraguay.
En Areguá, nos abrazaron las estructuras bio-arquitectónicas ideadas por Joe y Gustavo del Cántaro. Después, otro autobus y estamos en la capital Asunción, donde encontramos hospedaje con Mercadito Campesino y Colectivo TierraAdentro. Entre varias actividades, conocimos mejor la situación de las mujeres campesinas e indígenas. Finalmente, en Luz Bella, somos parte de la eco-resistencia con los agricultores alternativos.
Tardamos un poco para cruzar el Pantanal, barco-lancha-dedo y entramos en Bolivia. Desde Santa Cruz de la Sierra hacia Cochabamba para llegar a Kusikuna. Por los Andes subimos aun más hasta Nuestra Señora de La Paz, donde tuvimos parte del grupo Alternativas. Huéspedes de la agrónoma Mariela, descubrimos también el subtrópico de los Yungas. Después, unos días en la Isla del Sol en el Lago Titicaca y termina nuestra experiencia boliviana.
Tantos autobuses cuantas las horas por el Mato Groso do Sul para volver a São Paulo con Mehl, Chris y Lana. Un festival de agricultura urbana y un mutirão en la Horta CCSP, era todo lo que podíamos desear!
Dicho, hecho: 4 meses, 4 paises, 9070km.